Copa del Rey (2014/2015) > 1/4 de final (vuelta)

Esta vez no mereció la gesta

Con el fútbol que el Sevilla realizó ante el Espanyol es difícil que sonría la épica, la suerte o la heroica. A veces pasa, sí. Es fútbol, a partir de ahí, se abre una galaxia de hechos improbables que pueden suceder. Pero lo normal es que pase lo que le ocurrió al Sevilla, que se marcha de esta Copa del Rey con la certeza de no haber sido superior al Espanyol prácticamente en ninguna fase de la eliminatoria. Mucho antes que la afición, los cánticos, el ambiente, las bengalas y el colorido en la grada (factores a tener en cuenta y espectaculares, sin duda) está el juego, lo que se hace en el campo. Y ahí el Sevilla no da ni dos pases. El partido ante el Espanyol fue la demostración. Apenas un tiro de Bacca forzado en la primera parte, un remate del colombiano de cabeza en la segunda mitad, el gol y poco más. Con este bagaje, a poco se puede aspirar.

El Sevilla salió al campo con el único plan de acumular delanteros. No se sabe muy bien para qué, pues la pelota jamás les llegó en ventaja. Parece que Emery no tiene muy preparada esta forma de jugar. Quizás los puso porque llegó a la conclusión de que la noche lo pedía, sin convicción. La medida fue estéril. No hubo nadie que pusiera un balón en condiciones. El mal nace de una línea de creación paleolítica, demasiado rígida. Con el sistema de los dos mediocentros defensivos es perfectamente comprensible que la pelota circule sólo regular. Pasa hasta con Krychowiak y M'bia, los mejores, cómo no con Iborra y Carriço. ¿Qué quedó entonces? Casi nada. El balonazo arriba, las jugadas individuales a ninguna parte de los mediapuntas y mucha impotencia. El Espanyol pasó los diez primeros minutos de apuros de rigor y a partir de ahí no se puede decir que tuviera una noche incómoda, ni mucho menos.

El plan se repitió en la segunda parte. El Sevilla mantuvo su convicción, que está a prueba de bombas, pero siguió igual de raquítico de fútbol. Le hace falta como el comer uno o dos jugadores que vean el juego y asistan. No son, por ahora, ni Denis ni Deulofeu, claramente superados por el nivel del partido. Pero sobre todo hace falta no meter la pata en la noche clave, en Cornellá, donde realmente se estropeó todo. Emery no tiene arreglo. Lo ha hecho todo al revés en una semana. Cuando había que poner a los titulares reservó a varios para ese partido en Valencia supuestamente importante. Después es gratis confiar en la hazaña. Pero todos los días no es fiesta, ni siempre aparece el instante mágico. El Sevilla se va a la calle con justicia. Ha jugado con la Copa y se ha quemado.

Sevilla FC (1): Beto, Coke (Diogo, minuto 46), Pareja (Banega, minuto 46), Kolo, Fernando Navarro (Aleix Vidal, minuto 67), Dani Carriço, Iborra, Deulofeu, Gameiro, Denis Suárez y Bacca.

RCD Espanyol (0): Pau López, Arbilla, Álvaro González, Héctor Moreno, Duarte, Cañas, Víctor Sánchez (Abraham, minuto 84), Lucas Vázquez, Víctor Álvarez (Colotto, minuto 72), Sergio García y Felipe Caicedo (Stuani, minuto 62).

Árbitro: Martínez Munuera, valenciano. Amarillas para Arbilla, Carlos Bacca, Nico Pareja, Álvaro González, Dani Carriço y Víctor Álvarez.

Goles: 1-0, m.88: Diogo.

Iborra

En gran momento

Fue el que menos se equivocó ante el Espanyol, en una noche de decepción.

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