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Llegó el primer ridículo de la temporada. Fue en Ponferrada, sitio ya marcado en la historia negra de la entidad. Fue en El Toralín, donde el Betis, su defensa, su centro del campo y su entrenador se comportaron como madres dadivosas. Infame la imagen del Betis, muy parecida a la que ofreció la pasada temporada en muchos campos. Sólo que ahora está en Segunda. Y, siendo el año duro, se esperaba al menos que esperpentos como el de este domingo quedaran en el olvido. Pero no. La tendencia de este club a dar disgustos a su gente es digna de estudio.
Un equipo roto por el eje jamás puede gobernar un partido. Igual gana, si arriba hay un delantero que resuelve, como es el caso. Pero tarde o temprano está condenado a sufrir. Es justo lo que le pasó al Betis. Ahora mismo el portero es transparente. Le chutan y acto seguido recoge el balón de la red. Así, hasta cuatro veces. Del centro de la defensa, qué decir. Ya está suficientemente desacreditado. Naufragó una vez más ante Yuri, que se llevó el balón a su casa. La falta de contundencia, de tensión y de torpeza para despejar fue de campeonato. Al menos, ya quedó claro por qué juega Jordi Figueras. Efectivamente, Velázquez no puede poner a Bruno. Cuerpeó débil con Yuri en el primer gol y por ahí comenzó la sangría.
Pero el encuentro en Ponferrada deja más heridos. Uno de ellos, el entrenador, cuyo único plan es vivir de Rubén Castro. Muy pobre. Jugar a la pegada con esa defensa y ese centro del campo es ponerse la pistola en la cabeza. Y también retrata al centro del campo, limitado de físico y de carácter. Cuatro defensas, dos pivotes defensivos más Matilla, que no se sabe muy bien lo que es, para recibir cuatro tantos que pudieron ser más. Nadie encimó a Pablo Infante, que jugó el partido más cómodo de su carrera. Total, que el revolcón es un aviso para todo el que lo quiera ver. El equipo es Rubén Castro y nada más que Rubén Castro. Velázquez debe aparcar las secuencias de pases y las dinámicas grupales para ponerse a formar algo parecido a un equipo de fútbol, si es que es posible con estos mimbres. Y Alexis diciendo que está pendiente del mercado de los futbolistas en paro...
SD Ponferradina (4): Dinu, Óscar Ramírez, Lucas, Alan, Camille, Andy (Mario, m.73), Jonathan Ruiz, Acorán, Pablo Infante (Tete, m.79), Berrocal y Yuri (Sobrino, m.81).
Real Betis (1): Adán, Piccini, Perquis, Jordi Figueras (Bruno, m.46), Casado, Matilla, Xavi Torres (Rennella, m.58), Lolo Reyes, Álvaro Cejudo, Jorge Molina (Dani Pacheco, m.66) y Rubén Castro.
Árbitro: Arias López, cántabro. Amarillas para Jordi Figueras, José Manuel Ruiz (técnico local), Jorge Molina, Camille, Perquis, Lolo Reyes, Rennella, Andy y Álvaro Cejudo.
Goles: 0-1, m.27: Jorge Molina; 1-1, m.48: Yuri; 2-1, m.55: Acorán; 3-1, m.59: Yuri; 4-1, m.75: Yuri.
Lo que alumbra
El canario dio el pase de gol. Fue el único digno en El Toralín.