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Sergio Rico me parece un magnífico proyecto de portero. Es más, deseo que su actuación en Barcelona sea tan buena que tenga que tragarme estas líneas. Una tras otra. Unai Emery, ese pedazo de entrenador que bate registros en el Sevilla, me cae estupendamente. Por sus resultados y por su dedicación. Dejando a un lado los elogios, me parece una irresponsabilidad del técnico vasco prescindir de su portero titular, Beto, en el partido más importante que afronta el Sevilla, que no es otro que este choque de cuartos de final de la Copa ante el Espanyol. Mucho más relevante que el encuentro de Liga frente al Valencia del próximo domingo, donde seguramente jugará Beto y no Sergio Rico. En el fútbol hay titulares y suplentes. Y más en un puesto tan crucial como el de portero. Que se lo digan a Nuno, que apostó por Yoel en la Copa, precisamente en Cornellà, y el guardameta cantó de manera estrepitosa en el tanto de Caicedo, que acabó privando a los valencianos de la única posibilidad de disputar un título en la presente temporada. A cuatro partidos de una final no se debe dar la más mínima ventaja al rival. Si Emery quiere actividad en Rico, que lo ponga el domingo en Mestalla, donde una derrota no supondría ningún drama, puesto que queda mucha Liga por delante para seguir peleando por la cuarta plaza. Una final es una final y llegando a cuartos no conviene jugar con fuego. Y no tanto por la fiabilidad de Rico, sino también por los avatares que rodean a un juego como el fútbol, que se pueden traducir en una lesión o expulsión del propio Rico. Entonces saldría Barbosa, que lleva un mundo sin jugar un partido oficial. No hay nada como hacer memoria. En la pasada temporada, Javi Varas era el portero del Sevilla en la Copa de la UEFA. Llegó la eliminatoria contra el Betis y Beto ocupó la portería. Suerte Sergio.
