Tic-tac, tic-tac, grita Pablo Iglesias a la denominada casta para advertir a los que poseen el poder que ha comenzado su particular cuenta atrás. Pero la genialidad no es suya, se la copió a Hugo Chávez de su discurso de toma de posesión: "Me decía un grupo de amigos hace unas noches atrás, que es como que a uno le entreguen en sus manos una bomba de tiempo: tic-tac, tic-tac, tic-tac, y uno se ofrece a desarmarla, a desmontarla, hay un gran riesgo que la bomba te estalle en la cara, la bomba social venezolana está latiendo, compatriotas". Genios del marketing, artistas todos del embuste, casta, políticos en general, los que están y los que se fueron, los que quieren seguir viviendo del cuento y los que llaman a la puerta del mangazo.
Olvidando cualquier valoración política, no podrán negar que la puesta en escena de la onomatopeya no produce un efecto extraordinario de alarma. Tic-tac, tic-tac, de nuevo se ha puesto el cronómetro del descrédito de Unai Emery en marcha. Tic-tac, tic-tac, empiezan a zumbarle los oídos a Pepe Mel. La capacidad de autodestrucción del técnico vasco no tiene límites y más ahora que parece inmerso en una espiral de decisiones alocadas y precipitadas que avivan el enfado generalizado del aficionado. En 'Una mente maravillosa' el protagonista combina su inteligencia matemática con la locura mental. Vive en dos mundos: uno real y otro imaginario. Emery sigue empeñado, a veces, en vivir al margen de lo normal. Crea una realidad paralela, de ahí que siempre le acompañe la crítica. Pensar que Iborra puede ser un eficiente estilete sólo se le puede ocurrir a él. Acudir al voleón para acabar con las penas supone el principio del fin. Tic-tac, tic-tac.
Pepe Mel se marchó del Betis decidido a dar un salto de calidad y un año después, preso por su paso fantasma por la Premier y su nerviosismo, decidió volver al punto de partida. La mayoría pensamos que es el más apropiado para sacar al club del pozo, pero desprende un exagerado y peligroso pánico al fracaso. El recital que ofreció ante la Pon-fe-rra-di-na asustó hasta a sus seguidores más fieles. El tiempo se agota y urge que aparezca la mejor versión de Mel. Tic-tac, tic-tac... Los dos tienen capacidad para detener esta desesperante cuenta atrás que ellos mismos han activado. Aún hay tiempo para desactivar la bomba. Tic-tac, tic,tac…