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Ha pasado poco tiempo, horas, desde que saliera a la luz pública que un ex gerente de Osasuna señalaba al Betis, en concreto a Antonio Amaya y Jordi Figueras, en un escandaloso tema de primas a terceros y compra de partidos, ante Valladolid y el propio Osasuna. La supuesta reunión, según dice el confeso ex gerente, se habría celebrado con esos dos futbolistas, pero obviamente, si esto fuese verdad, implicaba al grupo, o a buena parte de él, porque entre otras cosas Amaya ya no estaba ni jugando y Jordi tampoco es que fuera un titular indiscutible, de hecho no jugó ante el Valladolid, sí en Pamplona y muy mal, por cierto. Pero ya están tardando los jugadores señalados, y la plantilla en general, en dar la cara por derecho, presentando denuncias a todo trapo, porque conozco perfectamente la tentación que hay en el fútbol de dejar correr las cosas porque finalmente nunca ocurre nada y porque hay demasiada gente que tiene muchas cosas que callar. En el tramo final de la pasada temporada, con el Betis descendido primero virtualmente y luego matemáticamente, ya no nos gustaron ni un pelo determinadas actitudes que no fueron afeadas más contundentemente porque en estos casos las pruebas no las dejan en lo alto de una mesa para que las pillemos. Desgraciadamente para este pobre país llamado España, hemos constatado que muchos nos han robado en nuestra cara. Somos una sociedad tendente a la corrupción, o eso parece. Vemos que ahora, porque la gente no tiene ni medio pase, se persiguen algo más estas prácticas tan condenables. Y en medio de este estercolero generalizado, resulta que en el mundo del fútbol nunca se ha sobretasado un fichaje, nunca se ha comprado un partido, nunca nadie ha aceptado una prima a terceros ni ningún árbitro se ha vendido. Al parecer, el fútbol español es lo único decente en este país en el que no sabemos por dónde tirar y en el que lo mismo colocamos de presidente del gobierno al que pensemos que nos pueda robar menos. Esperemos que vayan cayendo todos los golfos, todos los que podamos demostrar que lo son. Porque no tenemos un pase, aunque nos sigan toreando tantos 'novilleros' mediocres.
